CA7RIEL & Paco Amoroso en el Movistar Arena: así fue el show íntimo del Papota Tour

La noche del jueves 9 de octubre, el Movistar Arena vibraba con 15 mil personas que agotaron las entradas en minutos para ver a CA7RIEL y Paco Amoroso en un show que prometía ser íntimo pero intenso. A las 21:30 horas, el escenario cobró vida con dos inflables gigantes que replicaban las cabezas de los artistas, una aparición imponente que encendió la emoción del público.

Montados sobre una plataforma que los acercaba a la multitud, CA7RIEL y Paco Amoroso recrearon esa atmósfera especial que los catapultó al estrellato internacional gracias a su participación en Tiny Desk. La imagen se completaba con sus looks característicos: CA7RIEL con un chaleco de corazones que gritaban “Te amo” y Paco Amoroso con su icónico gorro celeste y la remera de Roly Serrano, emulando a Diego Maradona.

El primer tema en sonar fue Dumbai, y desde ese instante quedó claro que la energía íntima se transformaría en una comunión entre músicos y público, que coreaba cada verso con entusiasmo.

El show siguió con un estilo minimalista, un repaso que incluyó temas como Baby Gangsta, Mi Diosa y SHIPEA2, entre otros hits que hicieron vibrar al público con esa cercanía característica. Pero la calma duró poco: llegó un momento de explosión y un cambio radical de clima que sorprendió a todos.

El pulso electrónico irrumpió con Re Forro y alcanzó su máxima euforia con La que puede, puede, desatando una ola de energía que contagió al Movistar Arena. Mientras las pantallas mostraban las letras en distintos idiomas, quedaba claro el salto internacional que CA7RIEL y Paco Amoroso vienen consolidando, asegurándose de que nadie quedara afuera del espectáculo.

La escena sumó un cambio de vestuario con un toque histriónico. CA7RIEL apareció con hombreras de fútbol americano y pantalones largos, pero fue Paco Amoroso quien se llevó todas las miradas, provocando gritos y aplausos con un remerón que tenía estampada la cara de Lady Gaga, desatando la locura entre los fans.

Para el tramo final, CA7RIEL y Paco Amoroso volvieron a cambiar de piel. Usaron el mismo look con el que se presentaron en el Fuji Rock de Japón: pelucas largas, una rubia y otra morocha, y una puesta que fue puro desenfreno. Al ritmo de #Tetas, un grupo de fisicoculturistas apareció en escena recreando el videoclip, mientras el público estallaba una vez más. Y cuando sonó El único, la despedida ya era inevitable.

Entre saltos, abrazos y un beso final sobre el escenario, CA7RIEL y Paco Amoroso cerraron la noche con la misma intensidad con la que la empezaron: sin filtro, sin respiro, totalmente entregados.

“Gracias a todos ustedes que se levantaron a las 11 de la mañana para comprar la entrada, nos llena de vida. Le queremos agradecer a toda la gente que hace este show posible”, dijeron en uno de los pocos momentos en que el vértigo dio paso al agradecimiento. Lo que viene ahora es una nueva gira por Europa, pero lo que quedó claro es que su conexión con Buenos Aires sigue intacta.